sábado, 9 de diciembre de 2006

Causalidad

Toda causa tiene su efecto. Esta es una ley universal que opera siempre, aunque no seamos conscientes de ella. Y no es una obviedad, conviene tenerlo presente. Estoy buscando y ejecutando técnicas para establecer la causa, pero trato de olvidarme del efecto aun siendo realmente lo que pretendo. Me doy cuenta de que si lo hago al revés no obtengo el resultado deseado, sino que me desanimo mas fácilmente y creo tensiones innecesarias, contraproducentes; y dada mi personalidad, a veces apasionada en exceso, no podría hacerlo de otro modo. Las emociones me guían, pero también me distraen.
El darme cuenta de esto ya es en sí mismo un efecto.


Tampoco dejo de acordarme de lo que dijo aquel monje zen al que fuí a ver dar una charla: "iniciar la senda espiritual significa recorrerla hasta el final; de otro modo sería como operar a una persona y dejarla a medias, con la incisión hecha en el pecho a corazón abierto". No se si él habría vislumbrado ya ese final al que aludía, pero lo que nunca me atrevería a negar es que sabía con mayor precisión que yo lo que significaban esas palabras; me impactaron mucho y al principio me sonaron a advertencia, pero enseguida desactivé el dispositivo de alarma y, así, pude entenderlo a mi manera e identificarme con su vivencia; sus palabras eran veraces. Me salió la media sonrisa y todavía lo recuerdo con agrado.
¿Tendré el valor de comprometerme? ya no tengo elección.
...la perseverancia es favorable...

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