sábado, 23 de diciembre de 2006

Unas manos frías, heladas,
no se calientan introduciéndolas en el fuego,
sino que, estando todavía frías, se queman.
A veces no apreciamos la diferencia entre
calentarnos y quemarnos.
Peor aún es quemarse e ignorar el daño,
porque en el fondo nos engañamos:
estamos fríos y sentimos por dentro ese frío.

4 comentarios:

ReinaDeSalem dijo...

Estaba buscando algún Blog nuevo para leer y descubrí el tuyo por casualidad.

Me ha gustado..., mucho.

Si me lo permites, me gustaría enlazarte y venir por aquí más veces.

Un beso

Gari dijo...

Hola!!
Me alegra mucho que te guste el blog. Pásate cuando quieras; estaré encantada de leerte y que me leas.

Besos y Felices fiestas.

Anónimo dijo...

Uno se siente un poco quemado despues de leer esto.
Estarás contenta te salen seguidores por todas partes!

Felices Fiestas!

Gari dijo...

Añado unas líneas que acabo de leer en el libro "El yoga mental" de mi siempre querido Ramiro Calle:

"Existe una gran diferencia entre el sufrimiento consciente y el inconsciente o mecánico; el primero de ellos forma, construye; el segundo deteriora y puede destruir(...)"